COMO SALIR DE LA PRISIÓN ESPIRITUAL

 

Clase Dominical

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a la iglesia. El que venciere no sufrirá daño de la segunda muerte. 

El Apocalipsis 2-11

                                                                                                    

En este estudio dominical vamos a meditar sobre esta palabra que nos trae ciencia espiritual. El mensaje es realmente profundo en su esencia debido a que el plano espiritual donde se mueve el enemigo para buscar y atacar a las almas que no estás fortalecidas en el señor, he ahi donde debemos protegernos con la armadura de Cristo para no sufrir daños y pelear la batalla en contra del enemigo.

satanas buscar los lados débiles de los creyentes para atacar y colocarlo en prisiones espirituales y de esta manera los hermanos y hermanas no puede elevar su nivel espiritual hacia Dios y se encuentra presos en ese pecado que en su condición no puede salir estando una y otra vez en el mismo pecado., como un círculo vicioso y tóxico que cada vez más va debilitando su alma.

Cuando la palabra nos dice EL QUE VENCIERA, he ahí donde debemos de dar la pelea a satanas para salir de ese pecado mortal y lograr nuestra libertad que solo con Cristo podemos lograrla. Porque también nos habla del daño que podemos sufrir en la segunda muerte si seguimos presos.

¿Pero como podemos salir de esa prisión para no sufrir daños en la segunda muerte?

Jesús nos da la respuesta de como podemos salir de esa prisión:(San Juan 8-31-32): "Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permanecierais en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os haría libre"... Primeramente para salir de la prisión debemos permanecer en las palabras de salvación de Jesús, aplicándolas en nuestra vida y cada vez que llegue las tentaciones protegiéndonos con ella, eso nos da un paso para ser discípulos de nuestro salvador y nos afirma que conoceremos la verdad para no caer más en el pecado y salir de esa prisión donde esta parte de nuestra alma. También nos dice (San Juan 8-36): Así que, si el hijo os libertaré, seréis verdaderamente libre... No cabe ninguna duda que el único camino para lograr la libertad de la prisión que tiene el enemigo es Cristo, estemos firme en él, caminando con él, reforzando a diario sus palabras y aplicándola a nuestra vida y así no sufriremos daños en la segunda muerte. 

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